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Reafirmando nuestro compromiso con la Ley General del Ambiente, y con la convicción de que el acceso a la información es un derecho y una herramienta fundamental para la construcción de ciudadanía, presentamos un nuevo Informe del estado del ambiente.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible trabaja en diálogo permanente con instituciones públicas y privadas y organizaciones de la sociedad civil, realizando un esfuerzo mancomunado para brindar un análisis sistemático de la realidad ambiental de nuestro país, y así tener un estado de situación existente, analizando los avances, deudas y desafíos hacia el futuro.
El 2020 ha sido un año particular, ya que a la agenda ambiental estructural que debe abordar nuestro país se le sumaron nuevas problemáticas, emergentes de la crisis sanitaria producto del Covid-19. La humanidad comienza a tomar dimensión de la gravedad de la crisis ambiental existente en el planeta y su interrelación con la crisis sanitaria. La realidad lo muestra con claridad: lo ambiental ya no es solo la agenda del futuro, es parte de las demandas del presente.
Desde el primer día de gestión, el Gobierno nacional decidió poner en el centro al ambiente y el cambio climático. No se trató de una mera enunciación, sino que iniciamos la gestión jerarquizando la cuestión ambiental con la creación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Una decisión trascendental, que parte de concebir lo ambiental como una política de Estado en el marco de un país solidario e inclusivo. Asumimos el compromiso de promover políticas de carácter federal que permitan proteger nuestros bienes naturales e impulsen la transición hacia un modelo que entienda que lo ambiental es una perspectiva integradora desde la cual pensar el desarrollo humano.
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Durante 2020 tomamos definiciones estructurales que nos permitirán avanzar con ese objetivo. Conformamos el Gabinete Nacional de Cambio Climático, como ámbito para garantizar la transversalidad de las políticas en materia ambiental en el Gobierno nacional y avanzamos en la presentación de nuestra Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) aumentando nuestra ambición climática para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel 25,7 % inferior que la NDC previamente comprometida en 2016. Esta política ha sido fortalecida en 2021, aumentado la ambición climática en 2 puntos porcentuales más.
A su vez, en coordinación con el Ministerio de Educación de la Nación y el Consejo Federal de Medio Ambiente presentamos la Ley de Educación Ambiental, una herramienta integral y moderna que apuesta a la transformación cultural, social y educativa, a partir de la incorporación de los nuevos paradigmas ambientales a los ámbitos de la educación formal y no formal. El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo fue aprobado por el Congreso Nacional durante 2021.
Estas definiciones estructurales se complementan con los ejes de gestión estratégica definidos por el Ministerio. Lanzamos el Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto para buscar soluciones concretas al principal problema ambiental de Argentina. Junto a las provincias y los municipios estamos avanzando para consolidar sistemas de gestión de residuos con inclusión social. El plan fortalece capacidades de gobiernos locales y dignifica el trabajo de recuperadoras y recuperadores que día a día permiten el reciclado en nuestro país. Estamos avanzando en la construcción de 8 centros ambientales y hemos entregado más de 570 máquinas en más de 100 municipios de todo el país.
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La conservación de los bienes naturales garantiza los servicios ecosistémicos para nuestro desarrollo. Estamos convencidos de que la mejor forma de cuidar nuestro ambiente es reconfigurar el vínculo que tenemos con nuestro entorno. Por eso, reactivamos inversiones como el Programa de Bosques Nativos y Comunidad, un crédito blando que no había sido ejecutado hasta el momento, para impulsar el uso sostenible de los bosques y trabajar junto con las distintas comunidades del Bosque Chaqueño. Poner en marcha este crédito nos permitió que hoy más de 500 familias de estas comunidades tengan acceso a agua potable gracias a la construcción de 7 pozos de agua. Estas acciones e inversiones dignifican la vida de argentinas y argentinos y al mismo tiempo aportan a la conservación de una manera integrada con el ambiente. Junto a las provincias, hemos agilizado los mecanismos de implementación de la Ley de Bosques y avanzamos en acuerdos para mejorar este instrumento.
En 2020 nos hemos enfrentado con los focos de incendios como la principal amenaza para nuestros bosques y humedales, que afectaron a más de 1,2 millones de hectáreas, siendo el 95 % de los incendios originados por causas vinculadas a la actividad humana. Recuperamos para el Ministerio la gestión del Servicio Nacional del Manejo del Fuego e imprimimos una visión integral, desplegando de forma unificada una estrategia nacional de prevención, concientización, combate de incendios y recomposición ambiental. A través del Presupuesto 2021 enviado al Congreso de la Nación, el Gobierno nacional fortaleció el Fondo Nacional del Manejo del Fuego que nos permite reforzar las inversiones en mejoras de equipamiento e infraestructura que venimos realizando. Esta decisión política cambió el paradigma y permitió que hoy tengamos menos de 300 mil hectáreas afectadas.
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Reafirmamos los compromisos internacionales asumidos, como el Acuerdo de París. También sostenemos la posición de responsabilidades comunes pero diferenciadas, entendiendo que los países ricos que han subido la escalera del desarrollo son los principales responsables por la situación actual. Nuestro país y región es acreedora ambiental ante el mundo, ya que son nuestros ecosistemas los que dan sostén a los medios de vida de todo el planeta. En este sentido, corresponde a las mayores economías del mundo realizar el esfuerzo más grande y profundo para alcanzar las metas globales en materia de lucha contra el cambio climático. El momento histórico nos demanda impulsar estos cambios concretos y profundizar un nuevo modo de desarrollo de nuestra sociedad, con el humano en el centro y cuidando el ambiente que lo rodea. Esta nueva etapa debe ser con la gente adentro y cuidando nuestra casa común, ya que sin justicia ambiental no hay justicia social.
Esta nueva edición del Informe del estado del ambiente es un documento de base que nos permite aproximarnos a los desafíos pero también a las potencialidades de un país que apuesta al desarrollo sostenible.
